jueves, 9 de diciembre de 2010

K'inich J'anaab Pakal Gran Sol? Escudo 23  de marzo de 603 - 28de agosto de683, conocido también como Pacal II o Pacal el Grande, fue gobernante del estado maya de B'aakal, cuya sede era la ciudad de palenque. Pacal II es el más conocido de los Señores de Palenque, por los niveles de esplendor y sofisticación que alcanzó B'aakal durante su gobierno, así como por su tumba, considerada uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de mesoamerica El29 de julio de615 Pacal II tomó el poder a la edad de doce años, cedido por su madre Zak Kuk; aunque se cree que ella continuó ejerciendo el poder de facto hasta que Pacal II alcanzó la madurez suficiente para gobernar. Durante el gobierno de Pacal II, la arquitectura y el arte en general fueron impulsados notablemente.
El reinado de Pakal, y de su descendiente su hijo k. rrich kam balamiII -Serpiente Jaguar orientado al Sol, que gobernó entre el683 y el 702, y que mandó construir muchos de los grandes edificios públicos de palenque, representa el mejor momento de su ciudad, habiéndose aliado ambos con otros señores de ciudades vecinas mediante matrimonio.

Tumba Su tumba, encontrada en el fondo del templo de la inscripciones, en Palenque en una cripta secreta, fue terminada de construir por su hijo mayor.

DescubrimientoLa tumba de Pakal permaneció intacta por más de doce siglos, hasta que fue descubierta por el arqueólogo mexicano albert rul huilliEr acceso a la tumba, una escalera que representaba la entrada al inframundo, estaba bloqueada por piedras y tierras que fue necesario retirar. Las labores de desescombro duraron cerca de dos años. Una vez dentro del habitáculo, se pudo apreciar el enorme sarcófago, de 20 toneladas.

 

SarcófagoEl sarcófago tiene un cosmograma donde aparece representado la muerte y la resurrección. Durante muchos años, algunos pseudocientíficos han querido ver en la inscripción del sarcófago a un hombre en una nave espacial con palancas, volantes y engranajes. Estas versiones, en descrédito desde el principio, se han popularizado, pero son absolutamente carentes de rigor científico, histórico e iconográfico. En realidad, la imagen del sarcófago ilustra el momento en que Pakal inicia su viaje al inframundo.



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Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, (San Miguel Nepenta, Nueva España —actualmente México12 de noviembre de 1651[]  Ciudad de México, 17 de abril de 1695) fue una religiosa católica, poetisa y dramaturga novohispana del Siglo de Oro español. Cultivó la lírica y el teatro, así como la prosa. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres del Fénix de América, la Décima Musa o la Décima Musa mexicana.[] A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte del virrey de Mancera. En 1667 ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. Sus más importantes mecenas fueron los Marqueses de la Laguna, virreyes de la Nueva España, quienes publicaron sus obras en España. Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695.
Sor Juana Inés de la Cruz ocupa, junto a Juan Ruiz de Alarcón y a Carlos de Sigüenza y Góngora, el lugar más destacado de la literatura novohispana.[] En el campo de la lírica su trabajo se adscribe a los lineamientos del Barroco hispano en su etapa tardía. La producción lírica de Sor Juana, que supone la mitad de su obra, es un crisol donde convergen la cultura de una Nueva España en apogeo, el culteranismo de Góngora y la obra conceptista de Quevedo y Calderón.[] La obra dramática de Sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son Amor es más laberinto, Los empeños de una casa y una serie de autos sacramentales diseñados para representarse en la corte.[]

Dramática
Además de las dos comedias aquí reseñadas (Los empeños de una casa y Amor es más laberinto, escrita junto con Juan de Guevara), se ha atribuido a Sor Juana la autoría de un posible final de la comedia de Agustín de Salazar y Torres: La segunda Celestina. En la década de 1990 Guillermo Schmidhuber encontró una suelta que contenía un final diferente al que se conocía y propuso que esas mil líneas eran de Sor Juana. Algunos sorjuanistas han aceptado la coautoría de sor Juana, entre ellos Paz, [] y Luis Leal.[ ] Otros, como Antonio Alatorre[ ] y José Pascual Buxó, la han refutado.
Artículo principal: Los empeños de una casa
Es una de las obras capitales de la producción dramática de Sor Juana Inés de la Cruz. De datación incierta, pudo haberse montado para la entrada a la capital del arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas o bien, para el nacimiento del primogénito del conde de Paredes, virrey y mecenas de la poetisa. En cualquier caso, la fecha comúnmente aceptada para el montaje de Los empeños de una casa es el 4 de octubre de 1683. El conflicto se teje en torno a dos parejas que se aman pero que no pueden unirse todavía. La fuerza cómica que provocan los equívocos no está exenta de una verdad amarga, la frustración del amor que tantas veces vivió Sor Juana. A lo largo de toda la obra la fuerza dramática recae en los dos personajes femeninos: doña Ana, la antagonista, y doña Leonor, la heroína. La mujer como eje conductor de la historia, a la vez que personaje fuerte y decidido, es una de las características más presentes en toda la obra de Sor Juana.
Caracterizada como una muy bien construida comedia de enredo, aparecen singulares personajes: los hermanos Pedro y Ana, don Carlos y doña Leonor. Destaca el desenlace, con un final feliz que remarca la soledad del villano don Pedro. Éste deberá quedarse solo, con un criado negro travestido que también es partícipe del enredo generado por su patrón.
Representa la culminación de la obra dramática de la monja poetisa y de toda la escuela literaria novohispana. Sus personajes pertenecen a la nobleza, o bien a la incipiente burguesía hidalga de la Nueva España. Son caballeros y damas de acomodada posición y vida urbana que protagonizan una intriga de relaciones conyugales gobernadas por el engaño y la insatisfacción muy poco frecuente en el teatro barroco español.
José Mauro de Vasconcelos nació el (26 de febrero de 1920, Bangú, Río de Janeiro, Brasil - 25 de julio de 1984, San Pablo, Brasil) fue un escritor brasileño.
Hijo de madre india y padre portugués. En su infancia vivió en Natal (lugar que marcó su vida). Su obra más famosa es la novela "Mi planta de naranja-lima".
Como autodidacta ejerció diferentes oficios: fue entrenador de boxeadores, trabajador de haciendas, pescador y maestro en una escuela de pescadores, hasta que lo animó el deseo de viajar, de conocer su país e interpretarlo. Convivió con los indios, de quienes aprendió historias y tradiciones y acumuló experiencias. Se inició como cuentista oral, luego se profundizó y fue escritor.
Tenía a su favor una excelente memoria, una rica fantasía y un intenso deseo de transmitir, de contar. En principio, fue un cuentista oral: con mímica y variadas entonaciones, inventaba y animaba sus cuentos. Cuando empezó a darles forma escrita, sus cuentos y novelas registraron su profundo espíritu de observación y esa cualidad sutil que establece un fecundo diálogo con el lector.
En 1968 encabeza la lista de "Best Sellers", con su libro "Mi planta de naranja-lima". En él, relata la vida de un niño con una gran sensibilidad que es forzado a pasar a la adultez debido a tristes circunstancias, y muestra sus sufrimientos y alegrías.
Los tempranos decesos de su hermano Luis a los 20 años y su hermana Gloria a los 24 influyeron notablemente en su trabajo.
Soñador empedernido y de una prosa suave y simple, ante todo fue un hombre que conoció el sufrimiento. Murió a los 64 años.
La escolástica en MéxicoDesde que se inicia la Universidad hasta la segunda mitad del siglo XVIII, ésta será la corriente filosófica que se cultive en la Nueva España. Mientras que en Europa se encuentra en decadencia, en España y México florece. Filósofos y teólogos españoles revisaban y ampliaban su problemática. Sin embargo, es la filosofía Aristotélica la que impera en todos los centros de estudio.
Las órdenes religiosas fueron muy eficaces auxiliando a las universidades en la enseñanza  de la filosofía.
Poco a poco la escolástica va arraigando y creciendo definitivamente en el país, el nivel cultural es más elevado; sin embargo, durante el siglo XVII entran en un período de cambio; siguen aumentando los alumnos y las escuelas; los requisitos para determinados grados son rigurosos y ya no hay creatividad. Es a finales de siglo cuando comienzan a manifestarse los primeros signos de cambio con Carlos Sigüenza y Góngora a quien se considera, junto con Juana de Asbaje precursores de la Filosofía Moderna en México.
Época moderna en MéxicoLa decadencia de la escolástica, fue motivada por el hecho de aferrarse a una filosofía ya hecha, un método obsoleto, ideas tradicionales y el desconocimiento de las corrientes modernas. Es con Sor Juana Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora que vuelve la actividad intelectual.
Después de Sor Juana y Carlos de Sigüenza, inexplicablemente hay 50 años de quietud, antes de que un grupo de jesuitas intelectuales aparezcan. Es un grupo con ideas nuevas. Ellos son: Rafael Campoy, Francisco Clavijero, Diego Abad, Raymundo Cerdán y Andrés de Guevara y Basoazábal.
Posteriormente deciden intentar la modernización de los estudios en los Colegios de la Compañía de Jesús haciendo un lado el método escolástico que se seguía imponiendo en otras instituciones.
Esta ardua empresa no pudo lograr su objetivo, porque el en julio de 1767, el rey de España, Carlos III, decretó la expulsión de sus dominios de los integrantes de la Compañía de Jesús.
Así la situación, la Filosofía Moderna alcanza su plenitud en México con Juan Benito Díaz de Gamarra, José Ignacio Bartolache. Ellos pretenden cambiar la forma de enseñar la filosofía, ya que los exámenes eran una recitación al pie de la letra de los textos escolares. Sus propósitos son proporcionar al alumno ideas para utilizar su inteligencia y reflexionar.

filosofia latinoamericana

La filosofía latinoamericana, como la ciencia, no es regionalista, y uno de los rasgos que distinguen al auténtico filósofo del simple moralista, hacedor de máximas o pensador reflexivo, es precisamente su ubicación en el marco filosófico que le toca vivir. Debe asimilar las doctrinas prevalecientes en su época y reaccionar ante estas tendencias, pero sin desatenderse de la herencia filosófica que le corresponde recibir. Entablar un diálogo con el pasado plenamente consciente  de los problemas inherentes a su realidad presente.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS FILOSÓFICAS EN AMÉRICA LATINA
En Iberoamérica la filosofía ha adquirido un carácter social impuesto por el desarrollo histórico, cultural, económico y político de nuestro continente, cuyo advenimiento a la civilización occidental es relativamente reciente. Así, cuando en América se inicia la actividad filosófica, la filosofía tiene ya en Europa una historia que comprende más de veinte siglos.
A finales del siglo XVI se inició una etapa de controversia doctrinal. Hay lucha ideológica entre las órdenes religiosas y como una débil proyección del Renacimiento hacen su aparición el platonismo y el neoplatonismo. La filosofía del siglo XVII es ajena a los avances logrados en Europa. La política de España tiene aisladas a sus colonias de América y es sólo en las últimas décadas de ese siglo cuando se advierten algunos indicios del pensamiento moderno.
Para la segunda mitad del siglo XVIII, los jesuitas, originalmente enemigos de Descartes, rectifican su opinión y propician el cambio intelectual a favor del modernismo.
Al terminar la primera mitad del siglo XIX los países de América habían logrado su independencia política, sin embargo, persisten las ataduras que subordinan el pensamiento de los latinoamericanos a su pasado colonial. En búsqueda de la emancipación intelectual, es el venezolano Andrés Bello, el primero en declarar una segunda independencia: la ideológica.
El idealismo y el positivismo aparecen en América Latina con cierto retraso.
La filosofía latinoamericana ha existido durante la colonia y en el siglo XIX, pero debemos aclarar que esta filosofía no se realizó de manera exclusiva por los pensadores de aquellos tiempos. Hubo intelectuales que reflexionaron filosóficamente, aunque su actividad principal no era filosofar. Su labor filosófica estuvo siempre supeditada a intereses religiosos o políticos.
Actualmente el ejercicio de la actividad filosófica en los países Iberoamericanos exige una formación más profesional y técnica.
Durante las últimas décadas, las tendencias de mayor influencia en latinoamérica han sido:
1. La filosofía Cristiana-Tomista
2. El Marxismo
3. El existencialismo
4. La filosofía analítica
5. El movimiento americanista
Sobre el movimiento americanista se presenta a continuación algunos conceptos fundamentales.
Movimiento americanista
Desde 1842, cuando el argentino Juan Bautista Alberdi se planteó la interrogante sobre la posibilidad de una filosofía latinoamericana auténtica, la mera pregunta ponía de manifiesto una peculiaridad de nuestra filosofía, pues ésta es la única que se cuestiona a sí misma y con ello ya tenemos una característica distintiva del pensamiento filosófico iberoamenricano.
Nuestra filosofía se caracteriza por su hondo contenido social. La política, la educación, la moral, el derecho, la antropología y la religión, han proporcionado constantemente temas de interés para la reflexión filosófica.
La dependencia   El dominio ibérico en América implantó entre otras manifestaciones culturales una manera de hacer filosofía acorde a los intereses de la colonización.
En las primeras décadas del siglo XIX, los pueblos americanos alcanzan su independencia política, sin embargo, ésta no trae consigo la emancipación ideológica, pues el orden intelectual, social y económico impuesto durante tres siglos de dominación no desaparece de las nuevas nociones.
Los emancipadores latinoamericanos deseosos de cambiar la mentalidad colonial e incorporar sus pueblos a la modernidad, hicieron suyo el pensamiento de otros pueblos que lucharon y alcanzaron su plena independencia. Con este propósito buscaron, por medio de la educación, eliminar desde sus raíces la cultura colonial, siguiendo los lineamientos ideológicos de la filosofía positivista.
El positivismo se presenta así como el medio más apropiado para abolir por completo la dependencia mental. Sin embargo, la implantación de esta doctrina no condujo a la anhelada libertad ni propició el desarrollo para nuestros pueblos, pues la adopción de modelos ajenos a la realidad social iberoamericana sólo condujo a nuevas formas de subordinación.
La conciencia de esta dependencia, así como el interés por cambiar esa situación y propiciar un orden acorde a la naturaleza de los iberoamericanos, habrán de ser el primer paso para la superar la subordinación cultural de los pueblos americanos.
Heidegger
Martin Heidegger (Messkirch, Alemania, 26 de septiembre de 1889  Friburgo de Brisgovia, 26 de mayo de 1976) fue un filósofo alemán.Estudió teología católica, ciencias naturales y filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo de Heinrich Rickert, uno de los máximos exponentes delneokantismo de la Escuela de Baden y luego asistente de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (19231928) en Mar burgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.
Es una de la figuras protagónicas de la filosofía contemporánea: influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX, fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la destrucción de la metafísica (movimiento que sigue siendo repetido), en quebrar las estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica (que domina al hombre occidental), que planteó que el problema de la filosofía no es la verdad sino el lenguaje, con lo que hizo un aporte decisivo al denominado giro lingüístico, problema que ha revolucionado la filosofía. Mantuvo vigencia en muchos pensadores europeos —y con el paso del tiempo en los no europeos—, a partir de la publicación de Ser y tiempo (1927). El estilo innovador, complicado y aun oscuro que utiliza Heidegger con el fin de abrir-mundos según el pensador (y que muchos consideran que es terriblemente oscuro y casi místico) influyó en Hans-Georg Gadamer, el estilo singular y difícil que utiliza Jean-Paul Sartre en El ser y la nada, el de Jacques Lacan cuando redacta sus Escritos, el de Jacques Derrida con su crítica a la Presencia, Gianni Vattimo y a una gran parte de pensadores envueltos en el debate sobre la muerte de Dios y el Ser, el nihilismo, la postmodernidad y la época post-capitalista
La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos cuya ruptura se encontraría en el viraje (Kehre) experimentado por su enfoque filosófico, por lo que es habitual hablar de dos etapas o momentos en su pensamiento. Digamos que esta escisión señalada por estudiosos y críticos de su obra, el filósofo nunca la aceptó:
§  Momento en que se sirve de la analítica existencial como instrumento o prolegómeno para replantear la pregunta tradicional de la metafísica, la pregunta por el ser, como pregunta por el sentido del ser (claramente desde los primeros párrafos de Ser y tiempo). En esta etapa se concluye que el sentido del ser es íntimamente dependiente del tiempo, por esto podemos considerar la primera etapa como marcada por una búsqueda del ser del tiempo.
§  Un segundo periodo en el que, como el propio autor señala, concibe su pensamiento como el desarrollo de una historia del ser. El objetivo fundamental de esta «historia del ser» radica en la comprensión de los vínculos entre el desarrollo de la cuestión del ser en la filosofía y la historia de Occidente (aunque no señalado por muchos encarar este momento según este enfoque, nos lleva a reminiscencias hegelianas). Esta segunda etapa ya no pretende abordar el ser del tiempo sino que se encara frente a los «tiempos del ser», en este sentido puede ser comprendido en viraje que se produce en su filosofía.
Sin embargo, en ambos períodos hay un mismo objetivo unificador: la elaboración y consiguiente respuesta a la pregunta por el sentido del ser (Sein). Laura
El primer periodo viene marcado por su principal obra, Ser y tiempo (1927), obra que pretende abordar la pregunta por el sentido del ser pero que, quedando inconclusa, se centra en el estudio de la existencia humana. En esta obra confluyen, principalmente, tres tradiciones filosóficas: Historicismo y Hermenéutica a través de la lectura de DiltheyIrracionalismo(Kierkegaard) y Fenomenología (Husserl).
En la segunda etapa de su pensamiento, cuyos primeros síntomas se perciben en su texto sobre La esencia de la verdad, el filósofo estudia la historia de la metafísica como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En este sentido será fundamental su obra Nietzsche, obra donde se define su concepto de nihilismo.
De esta época son especialmente interesantes las obras en que revisa la historia de la filosofía, a través de las que irá aflorando una nueva metafísica  cuyo germen ya estaba presente en su obra Ser y tiempo, sólo que allí permaneció oculta entre los diversos y penetrantes análisis sobre el hombre entendido como Dasein —ser-ahí—, que llevó a cabo.

Ser y tiempo

En Ser y Tiempo, pese a ser una obra que quedó incompleta, Heidegger plantea ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del supuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por ser, en general, aquello que instala y mantiene a los entes concretos en su entidad.
En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente abierto al ser, pues sólo a él «le va» su propio ser, es decir, mantiene una explícita relación de co-pertenencia con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el ser-ahí (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al ser-ahí como ser-en-el-mundo (según traduce José Gaos) o estar-en-el-mundo (según vierteJorge Eduardo Rivera). De esa estructura parte la analítica existencial del Dasein, que en Ser y tiempo juega el papel de ontologíafundamental.
La distinción de la filosofía moderna, desde Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que se enfrenta a un mundo totalmente ajeno es inconsistente para Heidegger: el ser del hombre se define por su relación con el mundo, relación cuya forma de ser no consiste en un comercio  entre sujeto y objeto, o en una teoría del conocimiento que también los implique, sino que es propia de la existencia (Dasein) como ser-en-el-mundo, y encuentra su fundamento ontológico en el Cuidado (Rivera) o Cura (Gaos) (Sorge). Estas categorías (en rigor, existenciales o existenciarios [Existenzialien]) le sirven para comprender por dónde pasa la diferencia entre una vida auténtica, que reconozca el carácter de caída que tiene la existencia (propiedad), es decir, la imposibilidad de dominar su fundamento (el ser), y una